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Engagement et fiction : imaginaires et temporalités dans le monde hispanophone (Chambéry)

Engagement et fiction : imaginaires et temporalités dans le monde hispanophone (Chambéry)

Publié le par Marc Escola (Source : Martín Lombardo)

Compromiso y ficción: imaginarios y temporalidades

Jornada de estudios

18 de junio 2024

Universidad Savoie Mont Blanc

Encuadre científico de la actividad:

Esta jornada de estudio forma parte de las actividades organizadas por el grupo de investigación Comp'arte, dirigido por Olga Lobo (PR, Universidad Paul Valery), que se centra en los estudios sobre el compromiso político en el mundo hispanohablante. En 2022, trabajamos sobre el compromiso y la crisis; en 2023 el análisis se centró en el compromiso y la memoria; para 2024, nos proponemos analizar el compromiso desde el campo ficcional e imaginario. Además de las reuniones de discusión teórica y las conferencias que tienen lugar entre febrero y abril, el trabajo anual del grupo de investigación culmina con una jornada de estudio antes de las vacaciones universitarias. 

En 2024, la jornada de estudio se celebrará en la Universidad Savoie Mont Blanc de Chambéry. En el marco de esta jornada de estudio, buscamos establecer un diálogo entre investigadores, artistas y escritores.

Presentación de la jornada

Cuando se piensan las categorías de compromiso y de literatura, la referencia al texto sartreano Qu’est-ce que c’est la littérature ? resulta ineludible. Desde el inicio, Jean-Paul Sartre sitúa el compromiso de un escritor, de un intelectual en torno a su tiempo puesto que la gloria póstuma, advierte, siempre es un error. Lo que busca Sartre, lo que propone desde el principio en su texto y utilizando una primera persona del plural que alude al aspecto colectivo y social de la tarea, es apuntar a lo contemporáneo, observar el mundo en el que un intelectual está inserto y abordarlo con “ojos reales”. Sólo a través de ese tipo de mirada podrá producirse un cambio.

En la función social de la literatura sartreana la libertad se vislumbra en un horizonte metafísico. Para Sartre, el escritor que se compromete, al tomar a la palabra como acción, busca, a través de sus revelaciones, un cambio. Ni la intuición ni la contemplación, vinculadas al silencio, son válidas puesto que el compromiso comunica, revela la parte del mundo que se busca modificar.

         Son variadas las lecturas y las polémicas en torno a las afirmaciones sartreanas, así como sus influencias, tanto en el arte como en la política. Los debates apuntan a la plasmación de las acciones y de la escritura, a las formas que toma la literatura comprometida. En particular, mucho se ha discutido sobre el vínculo entre el compromiso y una concepción realista del arte ―más de una vez se evoca al realismo socialista―. A partir de Sartre, pensar el vínculo entre el arte y el compromiso nos remonta a la filosofía griega y las consideraciones sobre la mímesis. Del compromiso pasamos a reflexionar sobre la representación, sobre las consecuencias y efectos que la representación puede alcanzar en la realidad.

         En los años sesenta y setenta, la teoría situacionista y las conceptualizaciones de Guy Debord sobre la sociedad del espectáculo ubican al arte capturado bajo el signo de la mercancía. La puesta en escena y la simulación se apoderan del terreno social; más que de un acto que apunta a la libertad, al estilo sartreano, pareciera que todo se vuelve actuación. Más que representar la realidad para intervenir en ella, más que reconstruir una memoria social para restituir la palabra de los silenciados, parecería imposible evitar la inscripción de todo relato en el campo del fingimiento, de la alienación, de lo ideológico. 

En los sesenta y setenta, se rastrea una fuerte tensión alrededor del término vanguardia ―cuyo origen, no debe olvidarse, proviene del terreno militar―: lo que en el terreno político surge como una manera de abrir el camino hacia la revolución, aparece como una evasión en el terreno artístico. No es casual entonces que varios autores cuestionen determinados géneros por considerarlos burgueses. Es la novela, de hecho, el género más atacado, ya que a su caracterización como burgués se le agrega su lugar privilegiado en el mercado editorial. Los intereses que estarían en juego en la novela son mercantiles, contrarios al compromiso social; en lugar de cambiar el sistema, se lo alimenta. Como contrapartida, el género testimonial sería paradigma de una literatura que se acerca a lo real y que produce cambios sociales.

Si cuando se habla de literatura y de arte comprometido se pone el acento en lo social, la memoria y la realidad, en las últimas décadas, en particular desde comienzos del siglo XXI, aunque también puede rastrearse ya en los años noventa, surge una serie de discursos en donde la imaginación y lo ficcional cobran otro interés, otro peso. Al respecto, resulta interesante la afirmación de Mesnard sobre la necesidad del uso ficcional en la construcción de relatos traumáticos; él se refiere más específicamente a las experiencias en los campos de concentración. Una vindicación de la ficcional y de la imaginación también se encuentra en La escritura o la vida, testimonio de Jorge Semprún de su encierro en Buchenwald, sobre todo, de los tiempos posteriores a su liberación y del lugar crucial que ocupó la literatura para la supervivencia. Jorge Semprún explica que durante décadas le fue indispensable y vital abordar la experiencia de los campos a través de la escritura de novelas, siéndole imposible hacerlo a través del testimonio.

En el siglo XXI, se observa una serie de relatos escritos por los “hijos” de los militantes de los años sesenta y setenta en los que se aborda la memoria de esos años a través del uso de la imaginación, la fantasía y la ficción. Si ya en los años ochenta, en el documental argentino Juan, como si nada hubiera sucedido, se plasma un juego entre el actor Esteban Buch y Carlos Echeverría, el director, entre el documental y la ficción, a comienzos de los años dos mil ese mecanismo se radicaliza, siendo un buen ejemplo la película de Albertina Carri Los rubios, no sólo por el juego entre la actriz, Analía Couceiro, y la directora, sino también por la polémica que se generó en torno a la manera en que se relata el secuestro de los padres, a través de imágenes de juguetes.

No sólo en el cine observamos el uso de la imaginación y de lo ficcional al momento de abordar una narrativa memorialista y testimonial, histórica y comprometida. Si la narrativa denominada de los “hijos” es un buen ejemplo de este recuerdo, su estudio puede abordarse desde perspectivas teóricas en donde se habla de una memoria agujereada. 

A su vez, la presencia de lo ficcional y de la imaginación en textos que, en principio, parecerían inscribirse en un terreno testimonial, da pie al surgimiento y desarrollo de una serie importante de textos híbridos, los que, en muchos casos, quizás por la falta de un término más adecuado, son definidos como novelas (la obra de María Moreno puede ser aquí un ejemplo paradigmático del cruce de lo ficcional con la teoría, de lo histórico y de la invención). Si en décadas anteriores el género novelístico aparecía como el género burgués por antonomasia, se observaría en los últimos años un movimiento inverso: la adscripción como novela de textos híbridos en donde lo ficcional suple o interviene en un discurso histórico-político.

En el discurso histórico-político de América latina, el comienzo del siglo XXI coincide también con el regreso de algunos mitos y de algunos discursos latinoamericanistas en donde lo utópico se vincula con la invención, con los imaginarios y con las ficciones. En especial, es notoria la presencia de varios textos en donde se alude al léxico onírico para hablar de utopías y distopías: del sueño (Marc Saint-Upéry) a la pesadilla y el insomnio (Jorge Volpi).

En los estudios culturales, junto al avance de la globalización y de las tecnologías, son varios los que hacen uso de conceptos vinculados a lo ficcional para sostener sus hipótesis. Así lo observamos en la importancia que le otorga Arjun Appadurai a la imaginación para entender los procesos sociológicos situados en la base de nuestros sistemas sociales (la imaginación junto a su concepto de paisaje y de flujos resultan la base de sus argumentaciones). Otros teóricos, más cercanos a posturas decoloniales, aluden a la invención para instaurar el cambio epistemológico que ellos consideran necesario (desde Eduardo Viveiro de Castro cuando aborda los discursos distópicos hasta Walter Mignolo cuando se refiere a la necesidad de imaginar una América después de América).

Apoyándose en Giorgio Agamben, el intelectual mexicano Juan Villoro afirma que la imaginación circunscribe un espacio en el que no pensamos todavía. Por su parte, el escritor Oscar Wilde decía que bastaba con darle una máscara a un hombre para que dijera la verdad. La imaginación y lo ficcional no se oponen entonces a la verdad sino que establecen una singular relación con ella, sobre todo, su intervención en lo político configura temporalidades complejas, en donde la cronología aparece quebrada. Podríamos entonces imaginar un compromiso con la ficción o un compromiso ficcional. Si Giorgio Agamben señala como condición para ser contemporáneo con su tiempo una cierta distancia; es decir, una separación que evite quedar alienado al discurso hegemónico, podría decirse que, a través de los imaginarios, de las invenciones y de lo ficcional se instala ese espacio sobre el que todavía no hemos llegado a pensar, abriéndose de ese modo un arco temporal amplio, vinculando, desde otra perspectiva, pasado, presente y futuro.

Si el compromiso, como bien decía Jean-Paul Sartre, implica intervenir y enfrentarse al tiempo que nos toca, lo contemporáneo es un modo de estar relacionado con el tiempo: ¿de qué manera, desde el presente, se aborda el pasado?, ¿de qué manera en el pasado se imaginó el futuro, es decir, nuestro presente? Al ubicarse más allá de las épocas, lo contemporáneo se vuelve un elemento transhistórico. Por su parte, Lionel Ruffel, si bien se aleja de los postulados de Agamben sobre lo contemporáneo, apunta a la multiplicad de temporalidades que conviven en nuestra relación con el tiempo. Complejiza, desde su abordaje de las temporalidades contemporáneas, la noción de imaginarios nacionales sostenida por Benedict Anderson. Es decir, Lionel Ruffel muestra el vínculo entre la construcción de imaginarios y la configuración temporal. Señala en lo contemporáneo una superposición de los niveles de la experiencia y una forma de habitar el tiempo, no sólo el espacio: una temporalidad de lo simultáneo cuando nos ubicamos en el nivel de la nación; una temporalidad de lo sincrónico cuando nos centramos en los grandes relatos; una temporalidad policrónica cuando nos situamos en el plano de la globalización. 

Es conocida la referencia a Fredric Jameson cuando asegura que en nuestra época resulta más simple imaginar el fin del mundo que un mero cambio en el sistema capitalista. Teóricos como Slavoz Zizek también han trabajado desde esa perspectiva. En las últimas décadas, sin embargo, puede rastrearse tanto una serie de actos políticos que han buscado en la invención otros modos del capitalismo (el movimiento zapatista en Chiapas, pero también el proyecto ITT en el Ecuador de Rafael Correa; incluso se puede pensar el movimiento de Podemos en España) así como de manifestaciones artísticas que, a través de las distopías, imaginan el fin del mundo. Al respecto, cabría preguntarse si en los relatos del fin del mundo, de carácter universal y transhistórico, se pesquisa imaginarios o elementos ficcionales característicos de nuestra época. O sea, deberían analizarse las formas que cobran en nuestra época los imaginarios del fin. 

Junto a sus posturas en torno al compromiso, hay en Jean-Paul Satre una defensa desde el existencialismo al humanismo. Resulta interesante observar, en el plano de la filosofía política actual, una serie de conceptualizaciones que, al defender el humanismo y las ciencias humanas, modifican los postulados clásicos sobre la realidad y lo social. Al respecto, nos resultan interesantes los trabajos de Maurizio Ferraris sobre el nuevo realismo o de Quentin Meillassoux sobre el realismo especulativo. Más en particular, para repensar el humanismo, el compromiso y el lugar de la ficción, la teoría del filósofo alemán Markus Gabriel sobre la ontología transcendental da un lugar importante a la ficción: de hecho, uno de sus trabajos más destacados, lleva por título Ficciones y parte de una lectura del cuento borgeano “El Aleph”. Aquí la ficción cobra un rol fundamental en la ontología del ser y en una lectura humanista y comprometida.

Partiendo de estas reflexiones, invitamos a los investigadores a trabajar sobre los usos de la ficción, de los imaginarios y de las temporalidades en discursos literarios, artísticos y políticos que hayan tenido lugar en el campo hispanoamericano (España y América latina) de las últimas tres décadas. No sólo estudiar los usos de lo ficcional en las manifestaciones artísticas que abordan lo político sino también su presencia en los discursos políticos y teóricos.

Entre los ejes de análisis, proponemos:

-         El vínculo entre la imaginación y las teorías sobre la memoria agujerada

-         Las manifestaciones artísticas o teóricas en donde se reivindica la importancia de lo ficcional

-         Los discursos políticos que aluden a un léxico en torno a las figuras del sueño así como a las necesidades del uso de la invención y de la imaginación para afrontar determinadas situaciones 

-         Las diferencias y similitudes entre la imaginación, la fantasía y el concepto de fantasma

-         La presencia de la ficción en las manifestaciones de la segunda generación

-         Las alusiones al mundo onírico y al mundo del espectáculo al momento de abordar discursos políticos

-         Los imaginarios nacionales, regionales y transnacionales surgidos en el mundo hispanoamericano

-         El surgimiento de textos híbridos, en los que se mezcla imaginación, fantasía y archivos

Fecha: 18 de junio 2024

Calendario:

Para las proposiciones de ponencias (título + resumen de no más de 500 palabras + datos de afiliación y biográficos), enviar el material antes del 28 de abril a la dirección siguiente:

martin.lombardo@univ-smb.fr 

Las respuestas se darán antes del 12 de mayo

Las ponencias pueden realizarse en español o en francés

Lugar: universidad Savoie Mont Blanc

Fecha de la jornada: 18-06-2024

Laboratorio LLSETI

Contacto: Martín Lombardo

Martin.lombardo@univ-smb.fr

Lenguas de las ponencias: castellano / francés

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Bibliografía

Adorno, Theodor, Notes sur la littérature, Paris, Flammarion, Champs Essais, 2009.

Arnau, Juan, Historia de la imaginación. Del antiguo Egipto al sueño de la Ciencia, Barcelona, Espasa, 2020.

Bodei, Remo, Imaginar otras vidas. Realidades, proyectos y deseos, Barcelona, Herder, 2014.

Cavalletti, Andrea, Sugestión. Potencia y límites de la fascinación política, Buenos Aires, Adriana Hidalgo Editora, Filosofía e historia, 2015.

Costa, Ivana, Había una vez algo real. Ensayo sobre filosofía, hechos y ficciones, Buenos Aires, Mardulce, 2019.

Eagleton, Terry, La estética como ideología, Madrid, Editorial Trota, 2011.

Ferraris, Maurizio, La imaginación, Madrid, Visor, La Balsa de la Medusa, Léxico de Estética, 1999.

Fisher, Mark, Realismo capitalista ¿No hay alternativa?, Buenos Aires, Caja Negra, 2019. 

Gabriel, Markus, Ficciones, Buenos Aires, UNSAM, Lo contemporáneo, 2022.

Gabriel, Markus, La realidad en crisis, Madrid, Vaso Roto, 2021.

González, Cecilia (ed.), Sarría Buil, Aránzazu (ed.), Militancias radicales. Narrar los sesenta y setenta desde el siglo XXI, Madrid, Buenos Aires, Postmetrópolis Editorial – Prohistoria Ediciones, 2016.

Goodman, Nelson, Manières de faire des mondes, Paris, Editions Gallimard, Folio Essais, 2020.

Graeber, David, Possibilités. Essais sur la hiérarchie, la rébellion et le désir, Paris, Editions Payot & Rivages, Rivages Poche, 2023.

Grimson, Alejandro, Los límites de la cultura, Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores, 2011.

Groys, Boris, Du nouveau. Essai d’économie culturelle, Paris, Editions Jacqueline Chambon, 1995.

Jameson, Frederic, The political unconscious. Narrative as a socially symbolic act, New York, Cornell University Press, 1981.

Lafuente, Javier (ed.), Budasoff, Eliezer (ed.), Rabia. Crónicas contra el cinismo en América latina, Barcelona, Anagrama, 2022.

Moreno-Durán, Rafael Humberto, De la barbarie a la imaginación, Barcelona, Tusquets Editor, 1976.

Moraña, Mabel, Líneas de fuga. Ciudadanía, frontera y sujeto migrante, Madrid, Iberoamericana, 2021.

Mignolo, Walter, La idea de América latina, Barcelona, Edisa, 2007.

Nussbaum, Martha C., La tradición cosmopolita. Un noble e imperfecto ideal, Barcelona, Paidós, 2019.

Ruffel, Lionel, Brouhaha. Les mondes du contemporain, Paris, Verdier, 2016.

Sartre, Jean-Paul, Situations II, Paris, Gallimard, 1948.

Sassen, Saskia, Territorio, autoridad y derechos. De los ensamblajes medievales a los ensamblajes globales, Madrid, Katz Editores, 2007.

Scavino, Dardo, Rebeldes y confabulados, Buenos Aires, Eterna Cadencia Editora, 2012.

Selbin, Eric, El poder del relato. Revolución, rebelión, resistencia, Buenos Aires, Interzona, 2012.

VVAA, Volver a contar, Barcelona, Anagrama, 2022.

Zupancic, Alenka, L’éthique du réel, Paris, Nous, 2009.

Engagement et fiction : imaginaires et temporalités dans le monde hispanophone

Journée d’études

18 juin 2024

Université Savoie Mont Blanc

 

Cette journée d’études s'inscrit dans le cadre des activités organisées par le groupe de recherche Comp'arte, dirigé par Olga Lobo (PR, université Paul Valery), et qui se concentre sur les études développées sur l'engagement politique dans le monde hispanophone. En 2022, nous avons travaillé sur l'engagement et la crise ; l’année dernière, l'analyse a porté sur l'engagement et la mémoire ; pour l'année 2024, nous proposons d'analyser l'engagement à partir du champ fictionnel et de l'imaginaire. Outre les réunions de discussion théorique et les conférences qui ont lieu entre février et avril, le travail annuel du groupe de recherche se termine par une journée d'études avant les vacances universitaires. Pour 2024, la journée d’études aura lieu à l’université Savoie Mont Blanc, à Chambéry. Dans le cadre de cette journée d’études, nous souhaitons établir un dialogue autour de la thématique de la journée. 

Lorsque l'on réfléchit aux catégories d'engagement et de littérature, la référence au texte de Sartre Qu'est-ce que la littérature ? est inévitable. D'emblée, Jean-Paul Sartre situe l'engagement d'un intellectuel dans son époque, car la gloire posthume, prévient-il, est toujours une erreur. Ce que cherche Sartre, ce qu'il propose d'emblée dans son texte, en utilisant une première personne du pluriel qui fait allusion à l'aspect collectif et social de la tâche, c'est de viser le contemporain, d'observer le monde dans lequel l'intellectuel est inséré et de l'aborder avec le regard de la vérité. Ce n'est qu'à travers un tel regard que le changement peut se produire.

Dans la fonction sociale de la littérature sartrienne, la liberté est aperçue sur un horizon métaphysique. Ainsi décrit, dit Sartre, l'écrivain engagé sait que la parole est action ; il sait que révéler, c'est changer et qu'il n'est pas possible de révéler sans se proposer de changer. Ni l'intuition, ni la contemplation, liées au silence, ne sont valables, puisque l'engagement communique, révèle la part du monde que l'on cherche à changer.

         Les lectures et les polémiques autour des positions de Sartre sont variées, tout comme ses influences sur l'art et la politique. Les débats portent sur l'incarnation de l'action et de l'écriture, sur les formes que prend la littérature engagée. En particulier, le lien entre l'engagement et une conception réaliste de l'art a été largement discuté ― le réalisme socialiste est souvent évoqué. En partant de Sartre, la réflexion sur le lien entre l'art et l'engagement nous ramène à la philosophie grecque et aux considérations sur la mimesis. De l'engagement, on passe à une réflexion sur la représentation, sur les conséquences et les effets que la représentation peut avoir sur la réalité.

         Dans les années 1960 et 1970, la théorie situationniste et les conceptualisations de la société du spectacle de Guy Debord placent l'art sous le signe de la marchandise. La mise en scène et la simulation s'emparent du terrain social.

La mise en scène et la simulation s'emparent du terrain social ; plutôt qu'un acte qui vise la liberté, à la manière sartrienne, il semble que tout devienne une performance. Plutôt que de représenter la réalité pour y intervenir, plutôt que de reconstruire une mémoire sociale pour redonner la parole aux silencieux, il semble impossible d'éviter l'inscription de toute histoire dans le champ du simulacre, de l'aliénation et de l'idéologie.

Dans les années soixante et soixante-dix, une forte tension se manifeste autour du terme d'avant-garde ― dont l'origine, il ne faut pas l'oublier, vient du domaine militaire ― : ce qui, dans le domaine politique, apparaît comme une manière d'ouvrir la voie à la révolution, apparaît comme une dérobade dans le domaine artistique. Ce n'est donc pas un hasard si plusieurs écrivains mettent en cause certains genres littéraires comme bourgeois. Le roman est d'ailleurs le plus attaqué, car sa place privilégiée dans le marché de l'édition s'ajoute à sa caractérisation comme bourgeois. Les intérêts en jeu dans le roman sont mercantiles, contraires à l'engagement social ; au lieu de changer le système, il l'alimente. En revanche, le genre testimonial serait le paradigme d'une littérature proche de la réalité et productrice de changement social.

Si, lorsque nous parlons de littérature et d'art engagés, l'accent est mis sur le social, la mémoire et la réalité, au cours des dernières décennies, en particulier depuis le début du XXIe siècle, bien que l'on puisse également remonter aux années 1990, une série de discours ont émergé dans lesquels l'imagination et la fiction revêtent un intérêt différent, un poids différent. À cet égard, l'affirmation de Pierre Mesnard sur la nécessité de l'utilisation de la fiction dans la construction de récits traumatiques est intéressante ; il se réfère plus spécifiquement à l'expérience des camps de concentration. On trouve également une justification de la fiction et de l'imagination dans L’écriture ou la vie, le récit que fait Jorge Semprún de sa détention à Buchenwald, en particulier de la période qui a suivi sa libération, et de la place cruciale qu'a occupée la littérature dans sa survie. Jorge Semprún explique que pendant des décennies, il lui a été indispensable et vital d'aborder l'expérience des camps par l'écriture de romans, puisqu'il lui était impossible de le faire par le biais de témoignages.

Au XXIe siècle, nous assistons à une série de récits écrits par les « enfants » des militants des années 60 et 70, dans lesquels la mémoire de ces années est abordée par le biais de l'imagination, de la fantaisie et de la fiction. Si dans les années 1980, dans le documentaire argentin Juan, como si nada hubiera sucedido, un jeu entre l'acteur Esteban Buch et Carlos Echeverría, le réalisateur, entre le documentaire et la fiction s'est mis en place, au début des années 2000, ce mécanisme s'est radicalisé. Un bon exemple est le film Los rubios d'Albertina Carri, non seulement en raison de l'interaction entre l'actrice, Analía Couceiro, et la réalisatrice, mais aussi en raison de la controverse suscitée par la manière dont l'enlèvement des parents est raconté, par le biais d'images de jouets.

Il n'y a pas qu'au cinéma que l'on observe le recours à l'imaginaire et à la fiction face à un récit mémorialiste et testimonial, historique et engagé. Si le récit dit « des enfants » est un bon exemple de cette mémoire, son étude peut être abordée dans des perspectives théoriques où l'on parle de mémoire fuyante.

En même temps, la présence de la fiction et de l'imagination dans des textes qui, en principe, sembleraient s'inscrire sur un terrain testimonial, donne lieu à l'émergence et au développement d'une série importante de textes hybrides qui, dans de nombreux cas, peut-être par manque d'un terme plus approprié, sont définis comme des romans ― l'œuvre de María Moreno peut être un exemple paradigmatique de l'intersection de la fiction avec la théorie, l'histoire et l'invention. Si, au cours des décennies précédentes, le genre romanesque est apparu comme le genre littéraire bourgeois par excellence, un mouvement inverse a été observé ces dernières années : l'attribution du statut de roman à des textes hybrides dans lesquels la fiction complète ou intervient dans un discours historico-politique.

Dans le discours historico-politique latino-américain, le début du XXIe siècle coïncide également avec le retour de certains mythes et discours latino-américanistes dans lesquels l'utopie est liée à l'invention, aux imaginaires et aux fictions. En particulier, la présence d'un certain nombre de textes est notoire où l'on se réfère au lexique onirique pour parler d'utopies et de dystopies : des rêves ― Marc Saint-Upéry ― aux cauchemars et aux insomnies ― Jorge Volpi.

Dans les études culturelles, avec l'avancée de la mondialisation et des technologies, nombreux sont ceux qui utilisent des concepts liés à la fiction pour étayer leurs hypothèses. En témoigne l'importance accordée par Arjun Appadurai à l'imagination pour comprendre les processus sociologiques à la base de nos systèmes sociaux ― l'imagination, ainsi que son concept de paysage et de flux, sont à la base de son argumentation. D'autres théoriciens, plus proches des positions décoloniales, font référence à l'invention pour provoquer le changement épistémologique qu'ils considèrent nécessaire ― d'Eduardo Viveiro de Castro lorsqu'il traite des discours dystopiques à Walter Mignolo lorsqu'il fait référence à la nécessité d'imaginer une Amérique après l'Amérique.

S'inspirant de Giorgio Agamben, l'intellectuel mexicain Juan Villoro affirme que l'imagination circonscrit un espace dans lequel nous ne pensons pas encore. Pour sa part, l'écrivain Oscar Wilde disait qu'il suffisait de donner un masque à un homme pour qu'il dise la vérité. L'imaginaire et la fiction ne s'opposent pas à la vérité, mais établissent avec elle un rapport singulier ; surtout, leur intervention dans le politique configure des temporalités complexes, où la chronologie apparaît brisée. On pourrait alors imaginer un engagement dans la fiction ou un engagement fictionnel. 

Si Giorgio Agamben indique comme condition pour être contemporain de son temps une certaine distance, c'est-à-dire une séparation qui évite d'être aliéné au discours hégémonique, on pourrait dire qu'à travers les imaginaires, les inventions et les fictions, s'installe cet espace sur lequel nous ne sommes pas encore parvenus à penser, ouvrant ainsi un large arc temporel, reliant, dans une autre perspective, le passé, le présent et le futur.

Si l'engagement, comme le disait justement Jean-Paul Sartre, implique d'intervenir et de se confronter au temps qui nous touche, le contemporain est une manière d'être en relation avec le temps : de quelle manière, à partir du présent, on aborde le passé, de quelle manière, dans le passé, on a imaginé le futur, c'est-à-dire notre présent ? En se situant au-delà des époques, le contemporain devient un élément transhistorique. De son côté, Lionel Ruffel, tout en se démarquant des postulats d'Agamben sur le contemporain, souligne la multiplicité des temporalités qui coexistent dans notre rapport au temps. Dans son approche des temporalités contemporaines, il complète la notion d'imaginaire national de Benedict Anderson. En d'autres termes, Lionel Ruffel montre le lien entre la construction des imaginaires et la configuration temporelle. Il repère dans le contemporain une superposition de niveaux d'expérience et une manière d'habiter le temps, et pas seulement l'espace : une temporalité du simultané quand on se place au niveau de la nation ; une temporalité du synchronique quand on se concentre sur les grands récits ; une temporalité polychronique quand on se place au niveau de la globalisation.

La référence à Fredric Jameson est bien connue lorsqu'il affirme qu'à notre époque, il est plus simple d'imaginer la fin du monde qu'un simple changement dans le système capitaliste. Des théoriciens tels que Slavoz Zizek ont également travaillé dans cette perspective. Cependant, au cours des dernières décennies, on peut observer à la fois une série d'actes politiques visant à inventer d'autres modes de capitalisme ― le mouvement zapatiste au Chiapas, mais aussi le projet ITT de Rafael Correa en Équateur ou la rébellion du 15M en Espagne ― et des manifestations artistiques qui, par le biais de dystopies, imaginent la fin du monde. À cet égard, il convient de se demander si les récits universels et transhistoriques de fin du monde sont une recherche d'éléments imaginaires ou fictifs caractéristiques de notre époque. En d'autres termes, il convient d'analyser les formes que prennent les imaginaires de la fin à notre époque. Nous analysons les allusions constantes au "réalisme" dans les discours politiques hégémoniques à la lumière des catégories autour de l'imagination. Dans cette perspective, les développements théoriques de Mark Fisher sur le réalisme capitaliste sont particulièrement intéressants.

Parallèlement à ses positions sur l'engagement, Jean-Paul Sartre défend l'existentialisme et l'humanisme. Il est intéressant de noter, au niveau de la philosophie politique actuelle, une série de conceptualisations qui, en défendant l'humanisme et les sciences humaines, modifient les postulats classiques sur la réalité et le social. À cet égard, nous trouvons intéressants les travaux de Maurizio Ferraris sur le nouveau réalisme ou de Quentin Meillassoux sur le réalisme spéculatif. Plus particulièrement, pour repenser l'humanisme, l'engagement et la place de la fiction, la théorie de l'ontologie transcendantale du philosophe allemand Markus Gabriel accorde une place importante à la fiction : en effet, l'un de ses ouvrages les plus marquants, intitulé Fictions, est basé sur une lecture de la nouvelle de Jorge Luis Borges « L’Aleph ». La fiction joue ici un rôle fondamental dans l'ontologie de l'être et dans une lecture humaniste et engagée.

À partir de ces réflexions, nous invitons les chercheurs à travailler sur les usages de la fiction, des imaginaires et des temporalités dans les discours littéraires, artistiques et politiques qui ont eu lieu dans le domain de l'hispanisme (Espagne et Amérique latine) au cours des trois dernières décennies. Il s'agit non seulement d'étudier les usages de la fiction dans les manifestations artistiques qui traitent de la politique, mais aussi sa présence dans les discours politiques et théoriques.

Parmi les axes d'analyse, nous proposons

-         Le lien entre l'imaginaire et les théories de la mémoire trouée.

-         Les manifestations artistiques ou théoriques dans lesquelles l'importance du fictif est revendiquée.

-         Les discours politiques qui font allusion à un lexique autour des figures du rêve ainsi qu'à la nécessité de recourir à l'invention et à l'imagination pour faire face à certaines situations.

-         Les différences et les similitudes entre l'imagination et le concept de fantasme.

-         La présence de la fiction dans les manifestations de la deuxième génération.

-         Les allusions au monde du rêve et du spectacle dans les discours politiques.

-         Les imaginaires nationaux, régionaux et transnationaux qui ont émergé dans le monde latino-américain.

-         L'émergence de textes hybrides, mêlant imagination, fantaisie et archives.

 

 

Calendrier :

Les propositions de communication en espagnol ou en français (titre + résumé d’environ 500 mots + courte bio-bibliographie et affiliation) sont à envoyer avant le 28 avril 2024 à l’adresse suivante :

martin.lombardo@univ-smb.fr

Les avis du comité scientifique seront communiqués au plus tard le 12 mai 2024.

 

Lieu : université Savoie Mont Blanc

Date : 18-06-2024

Laboratoire LLSETI

Contact : Martín Lombardo

Martin.lombardo@univ-smb.fr

Langues de communication : espagnol / français

 

Bibliographie

 

Adorno, Theodor, Notes sur la littérature, Paris, Flammarion, Champs Essais, 2009.

Arnau, Juan, Historia de la imaginación. Del antiguo Egipto al sueño de la Ciencia, Barcelona, Espasa, 2020.

Bodei, Remo, Imaginar otras vidas. Realidades, proyectos y deseos, Barcelona, Herder, 2014.

Cavalletti, Andrea, Sugestión. Potencia y límites de la fascinación política, Buenos Aires, Adriana Hidalgo Editora, Filosofía e historia, 2015.

Costa, Ivana, Había una vez algo real. Ensayo sobre filosofía, hechos y ficciones, Buenos Aires, Mardulce, 2019.

Eagleton, Terry, La estética como ideología, Madrid, Editorial Trota, 2011.

Ferraris, Maurizio, La imaginación, Madrid, Visor, La Balsa de la Medusa, Léxico de Estética, 1999.

Fisher, Mark, Realismo capitalista ¿No hay alternativa?, Buenos Aires, Caja Negra, 2019. 

Gabriel, Markus, Ficciones, Buenos Aires, UNSAM, Lo contemporáneo, 2022.

Gabriel, Markus, La realidad en crisis, Madrid, Vaso Roto, 2021.

González, Cecilia (ed.), Sarría Buil, Aránzazu (ed.), Militancias radicales. Narrar los sesenta y setenta desde el siglo XXI, Madrid, Buenos Aires, Postmetrópolis Editorial – Prohistoria Ediciones, 2016.

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